miércoles

Cómo limpiar correctamente tus oídos

El cerumen, que a menudo se asocia a falta de higiene,  en realidad forma parte del propio sistema de limpieza del oído y cumple una función protectora. La cera generada por el oído evita que el polvo, la suciedad o partículas extrañas penetren en su interior.  Normalmente, el oído elimina por sí mismo el cerumen con la ayuda del movimiento de la mandíbula, desplazándolo hacia el exterior. Así, una vez llega a la abertura del oído, se seca y desprende, sin que nos demos cuenta.

¿Cómo debemos limpiar correctamente nuestros oídos? 
Nunca utilices bastoncillos
para limpiar tus oídos
Para mantener una buena higiene únicamente debes retirar la cera que está a la vista, no la que está en el conducto auditivo.  Para ello basta con seguir con seguir dos sencillos consejos: 

  1. Limpia la zona externa del oído después de la ducha, con una toallita o paño secos.
  2. Nunca utilices bastoncillos ni objetos punzantes para eliminar el cerumen. Conseguirás justamente lo contrario: lo empujarás hacia el interior, con riesgo de irritación del oído o incluso de perforación del tímpano.
Algunas personas generan un volumen excesivo de cerumen en el oído, lo que puede provocar que se formen tapones de cera. Estos tapones se producen con más frecuencia en verano, ya que el agua y la humedad favorecen la hinchazón del cerumen. Los síntomas que pueden indicar la existencia de un tapón de cerumen son: sensación de taponamiento, pérdida auditiva y,  en ocasiones,  ruidos en el oído (acúfenos), que afortunadamente se solucionan de forma inmediata una vez extraído el tapón, para lo cual debes ponerte en manos de un especialista médico. 


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