La humedad, el sudor y el cerumen son los principales enemigos de un audífono. La mayoría de averías se deben a una de estas tres causas. La humedad y el sudor pueden hacer que el circuito de los audífonos se estropee. El cerumen, a su vez, puede obstruir tubos y auriculares. Con un mantenimiento regular y unos sencillos consejos, garantizarás un mejor funcionamiento de tus audífonos y aumentarás considerablemente su vida útil.
- Cuando te quites los audífonos, retira la pila y deja el compartimento abierto
- Utiliza diariamente un deshumificador, en tu centro auditivo le informarán ya que los hay en diversas calidades y precios.
- Limpia la superficie externa de sus audífonos con productos adecuados: tu audioprotesista puede facilitártelos e informarte de cómo hacerlo correctamente. Nunca utilices alcohol o disolvente.
- Mantén tus audífonos a salvo de perfumes y de cualquier producto cosmético en spray, ya que ello podría obstruir los componentes.
- Quítate los audífonos cuando vayas a ducharte o a nadar y en todos aquellos lugares donde haya mucha condensación. También debes quitártelos si vas a utilizar un secador de pelo.
- Nunca dejes tus audífonos cerca de un animal de compañía. Te sorprendería saber cuántos audífonos acaban mordisqueados por un perro.
Acude a las revisiones que programe tu audioprotesista. En tu centro auditivo podrán hacerte una revisión electroacústica de los audífonos, una comprobación del consumo de las pilas y una limpieza con ultrasonidos para eliminar excesos de cerumen y sudoración adheridos a la superficie de los audífonos.
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