miércoles

Un despertador para gente que no oye el despertador

Muchas personas dependen de un despertador para levantarse a una hora determinada. Sin embargo,   no todos los despertadores son adecuados para todo el mundo:
  1. Las personas que tienen pérdida de audición suelen tener especial dificultad para oír las alarmas y el timbre de la puerta. De hecho, ese es uno de los primeros síntomas de la presbiacusia o pérdida auditiva asociada a la edad.
  2. Las personas que utilizan audífonos no duermen con ellos. Por tanto, mientras por la noche quedan "incomunicadas" y sin posibilidad de escuchar la alarma del despertador.
  3. Otras personas oyen correctamente, pero no desean molestar a su acompañante despertándole antes de hora, cuando los horarios de ambos no coinciden y uno de los dos tiene que madrugar.
Despertador Bellman Classic
 conectado al vibrador de almohada 
Para estos tres casos hay una solución muy sencilla: la utilización de un despertador con accesorio vibratorio El de la imagen es el Bellman Classic, un modelo que dispone de una "margarita" vibrotáctil que se coloca bajo la almohada, despertando al usuario mediante potentes vibraciones. Este modelo también tiene cuenta con una alarma extrafuerte, en señal ascendente que llega hasta 100 dB, y dispone un sistema de iluminación nocturna que orienta al usuario si debe levantarse de la cama.


El despertador Bellman Classic se puede utilizar
 con o sin accesorio vibrotáctil

En definitiva, se trata de una solución práctica y polivalente, que podemos utilizar como despertador convencional, activando la alarma extrafuerte, o como despertador "silencioso" utilizando el vibrador de almohada. Y que, en ambos casos, nos aporta tranquilidad absoluta  ya que, en caso de agotarse las pilas, tanto la alarma vibrotáctil como la sonora seguirán funcionando, gracias a la batería secundaria que incorpora.

El despertador Bellman Classic está disponible en los Centros Auditivos Oi2.

Asumir la pérdida auditiva


Según un estudio publicado recientemente,  más de la mitad de trabajadores de una fábrica, que creían oír correctamente, descubrieron que tenían pérdida de audición.
Durante la investigación, realizada por la Universidad de Michigan con 2.691 empleados del sector de la automoción,  el 76% de los encuestados manifestaron tener una audición buena o excelente. Sin embargo, tras realizar un test auditivo, se confirmó que el 42% tenía pérdida auditiva. Los detalles del estudio –en inglés- están publicados en este enlace: http://ns.umich.edu/new/releases/20625-my-hearing-is-fine-thank-you-but-could-you-please-speak-up
Muchas personas que acuden por primera vez a un centro auditivo lo hacen acompañadas por un familiar o persona de confianza. Es habitual que las personas del entorno sean los primeros en detectar un problema que, a menudo, la persona afectada se resiste a admitir. De hecho, la primera reacción ante el descubrimiento de la pérdida auditiva suele ser el rechazo. No es agradable tener que aceptar que hemos “perdido facultades”, que ya no podemos disfrutar de una buena conversación, del cine, de un concierto o de una fiesta.
Normalmente, ese rechazo va acompañado de otras sensaciones asociadas: soledad, inseguridad, vergüenza, frustración… La persona con pérdida auditiva empieza a rehuir situaciones de escucha difíciles. Las personas allegadas, a su vez, pueden mostrarse irritadas, cansadas de repetir una y otra vez las palabras. En definitiva, se produce un círculo vicioso que puede deteriorar la calidad de vida de la persona afectada, llegando a causarle depresión y abatimiento.
Si alguien de nuestro entorno tiene este problema, debemos ser especialmente comprensivos y pacientes. Nuestro papel puede ser clave para convencerle de que acuda a un profesional. Una buena audición es indispensable para disfrutar de una buena calidad de vida, por ello es tan importante cuidar nuestro oído y efectuar revisiones auditivas periódicas.

Dos audífonos, naturalmente

Hoy en día, nadie utiliza monóculo para ver mejor. En cambio, aún hay muchas personas que se sorprenden cuando ven que alguien utiliza dos audífonos. Y es que al igual que un problema visual suele afectar a los dos ojos, la mayoría de pérdidas auditivas afectan a ambos oídos.

Con dos audífonos se localiza mejor la procedencia de los sonidos

La naturaleza nos ha dotado de un sistema estereofónico natural: nuestro oído. Una audición equilibrada nos permite saber si un sonido procede de la derecha o de la izquierda y también, según su intensidad, si se ha producido a mayor o menor distancia. En cambio, un solo oído nos proporciona información incompleta. La audición binaural nos proporciona también mayor inteligibilidad, así como sensación de “relieve sonoro”.

Es un error -por suerte, cada vez menos frecuente-  empezar a utilizar un único audífono pensando que será más fácil acostumbrarse, ya que no podremos obtener buenos resultados en entornos ruidosos o conversaciones de grupo.


Ventajas de la adaptación estereofónica


El 80% de las pérdidas auditivas son binaurales. Sólo en casos muy limitados no es posible una adaptación estéreo. Para la mayoría de casos, el uso simultáneo de dos audífonos aporta importantes ventajas, entre ellas:

  • Mejor comprensión del habla: al usar dos audífono, es más fácil realizar una audición selectiva.
  • Mayor calidad de sonido: el campo de audición aumenta a 360 grados, lo que proporciona mayor sentido del equilibrio y un sentido de la audición más nítido y natural.
  • Mejor direccionalidad: con dos audífonos se localiza mejor la procedencia de los sonidos. Esto proporciona mayor seguridad al usuario, por ejemplo, al cruzar la calle.
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  • Mayor campo de audición: al oír con los dos oídos podrá captar sonidos al triple de distancia que con uno sólo.
  • Audición más confortable en ambientes ruidosos o en conversaciones con varias personas, con ruido de fondo.
En caso de duda, podemos solicitar al audioprotesista una prueba entre ambas opciones y decidir en consecuencia. Lo natural es oír con los dos oídos, por ello, en la mayoría de casos, cuando se compara entre adaptación monoaural o binaural, simplemente "no hay color".

Acostumbrarse a llevar audífonos


La mayoría de personas que usan audífonos por primera vez se sorprenden de la cantidad de sonidos que habían dejado de percibir con el paso de los años. Algunos son agradables, como el sonido del mar o el canto de los pájaros. Otros pueden resultar particularmente molestos en la fase inicial: los ruidos ambientales, que antes de usar audífonos no percibíamos, ahora nos parecerán desagradables. Nuestra propia voz nos resultará extraña.

Aunque el oído es el órgano que transmite los impulsos sonoros, es el cerebro quien los decodifica y por tanto, quien hace posible que tengamos  la sensación de oír. Por tanto, si hemos estado mucho tiempo sumidos en el “mundo del silencio”, nuestro cerebro habrá perdido el hábito de oír correctamente, y necesitará un entrenamiento para ser capaz de diferenciar los sonidos útiles del ruido.
El consejo del audioprotesista es de vital importancia en la fase de adaptación

En definitiva, adaptarse a los audífonos no es ni mucho menos tan sencillo como adaptarse a unas gafas. Para obtener resultados óptimos se requiere un programa de adaptación, que diseñará y supervisará el AudioprotesistaEn esta etapa puede ser de gran ayuda el Data Logging que incorporan actualmente muchos audífonos, lo que proporcionará al Audioprotesista datos objetivos para afinar el ajuste. 

Durante la primera semana, podríamos empezar usando los audífonos durante 2 ó 3 horas al día, para ir aumentando progresivamente el tiempo de uso e ir afrontando situaciones de escucha cada vez más difíciles.  Debemos hacer un especial esfuerzo para acostumbrarnos a conversar con ruido de fondo, así como identificar cada sonido de la vida cotidiana. 

Transcurrido el periodo de adaptación – que suele tener alrededor de un mes de duración- estaremos en condiciones de obtener un óptimo aprovechamiento de los audífonos. De no ser así, debemos acudir al audioprotesista para revisar el ajuste de los audífonos y plantearle cualquier duda o consulta.