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¿En qué consiste una revisión auditiva?

Según encuestas recientes, el 25% de los españoles nunca han revisado su audición. Sin embargo, los españoles sí que revisan periódicamente su vista y efectúan chequeos de salud. Se trata pues de un dato sorprendente, ya que una revisión auditiva es una prueba muy sencilla, que no ocasiona molestia alguna, y que permite detectar a tiempo cualquier anomalía y evitar sus consecuencias posteriores.
¿En qué consiste una revisión auditiva? Normalmente, la prueba se inicia con una anamnesis que refleja el historial de cada paciente. A continuación se examinan, ya sea con un otoscopio o mediante una videotoscopia,  el canal auditivo externo y el tímpano.  Si hasta aquí todo es correcto y no se aprecia ninguna alteración –por ejemplo, una inflamación o un tapón de cerumen-  podemos dar paso a la audiometría tonal, donde se valoran tanto la vía aérea como la vía ósea. Por último, se efectúa una audiometría vocal, también llamada logoaudiometría, que tiene como objetivo determinar la capacidad de comprensión de las palabras. Estas pruebas se realizan en una cabina insonora o en una sala totalmente insonorizada, para evitar que el ruido externo las altere. Finalmente, el resultado se representa en un audiograma, donde se refleja la capacidad auditiva de cada paciente.
La prebiacusia, o pérdida auditiva gradual asociada a la edad, es la disfunción más frecuente y se traduce en un audiograma “en cascada” que refleja una caída en agudos. La pérdida de audición conductiva, menos frecuente y causada normalmente por una lesión del oído externo, se traduce en cambio en un audiograma plano.  En este video podréis ver cómo se hace una audiometría y cómo se visualizan los resultados en un audiograma.

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3 consejos para cuidar tu oído en verano

Con el verano llega el buen tiempo y las vacaciones y, con ello, las ganas de salir de casa y disfrutar de la oferta de ocio y festividades que los pueblos y ciudades ofrecen. Además de la contaminación acústica, que solemos sufrir más en verano, hay otros factores que pueden provocar molestias en los oídos y que vienen derivados de la humedad y el agua de las piscinas y playas. En algunos casos, estas molestias pueden llegar a originar complicaciones, tales como una otitis externa, que puede llegar a fastidiar nuestras anheladas vacaciones.
El mejor remedio es una buena prevención y para ello bastaría tomar unas sencillas precauciones:
  1. Sumergirse en el agua lentamente: al zambullirse en el agua, la presión existente es mucho más acusada que en la superficie por lo que el oído, de forma automática, activa un mecanismo para regularla. Por este motivo, se aconseja que la inmersión se haga de forma lenta y pausada, sobre todo en aguas más profundas. De lo contrario, podría producirse la entrada brusca de agua en los oídos y la consiguiente aparición de infecciones. Además, también es aconsejable el uso de tapones.
  2. Usar tapones a medida para proteger la audición y bañarse en aguas limpias: tanto si se está en la piscina o, con la llegada del buen tiempo, en la playa, es conveniente proteger adecuadamente los oídos para que no se generen tapones. El uso de protectores auditivos fabricados a medida disminuye el nivel de humedad provocado por el contacto con el agua, y por tanto, se reduce el riesgo de padecer otitis. Por otro lado, nadar o bucear en aguas que no han sido debidamente tratadas propicia la aparición de gérmenes y bacterias que ocasionarían, entre otras complicaciones, infecciones en el oído.
  3. Secar los oídos después de cada baño: tanto si se está en la ducha como tomando un baño en la playa o la piscina, es conveniente secar el oído con un paño o toallita secos.
Los tapones a medida para baño, también conocidos como "catamaranes", se fabrican en material hipoalergénico y son la mejor solución tanto para adultos como para niños. Para una mayor protección -si existen antecedentes de otitis o un drenaje en el tímpano- se recomienda utilizar los tapones a medida conjuntamente con una banda protectora de neopreno.

1 de cada 4 españoles nunca ha revisado su audición

¿Quién no se ha preguntado alguna vez cuál sería el sentido que, de no tenerlo, cambiaría la vida cotidiana y las relaciones sociales con el entorno? Gran parte de la comprensión con el entorno social, se obtiene por medio de la audición, el órgano de comunicación por excelencia. El último estudio Oi2 nos confirma que los sentidos más importantes para los españoles son la vista, con un 68%, y el oído, con el 23%.

Por lo tanto, tras la vista y el oído, los sentidos más importantes para el día a día de los españoles son, por este orden, el gusto, el tacto y el olfato. Así pues, un dato que se extrae del estudio Oi2 es que a pesar de que en España el 8% de los españoles sufre pérdida auditiva, 1 de cada 4 españoles nunca ha acudido a un especialista para revisar su audición, mientras que 4 de cada 5 revisa su vista al menos una vez al año.

Por ello, es necesario preguntarse si, a raíz de las conclusiones del estudio Oi2, el oído es el segundo sentido más importante para los españoles, ¿por qué no se realizan revisiones auditivas al igual que con la vista? Según el mismo estudio, los motivos que frenan a los españoles a la hora de acudir a un especialista son, según un 38%, el no reconocer la pérdida auditiva, la desconfianza al pensar que la pérdida auditiva no se puede solucionar correctamente (9%), el rechazo a tener que usar audífonos  (6%), el miedo a parecer mayor en el caso que fuera preciso el uso de audífonos (4%) o la vergüenza a lo que pudiera opinar el entorno más cercano (2%), entre otros (41%).
Cuanto antes se detecta un problema auditivo más sencillo es solucionarlo, por ello es necesario revisar el oído periódicamente. Según los españoles, los principales efectos de la pérdida auditiva son, con un 18%, los problemas de comunicación, la inseguridad (12%), el cansancio y los dolores de cabeza (12%), la falta de concentración (10%), el estrés (9%), la depresión (9%) o la ansiedad (8%), entre otros (22%).

En España, más de 3 millones de personas tienen algún grado de pérdida auditiva, y más de la mitad lo desconoce. En este sentido, cabe señalar que la pérdida auditiva es el resultado de un proceso natural, conocido como presbiacusia, mediante el cual las personas empiezan a notar cierta dificultad al oír determinados sonidos, sobre todo los más agudos al inicio. Dado que se trata de un proceso gradual, al igual que se pierde la agudeza visual con el paso del tiempo, las personas que tienen presbiacusia no suelen percatarse del problema y acostumbran a ser sus familiares o amigos los primeros en detectarlo. Si tenemos algún caso en nuestro entorno, debemos animarle a realizar una revisión auditiva, algo que debería ser tan "normal" como hacerse un chequeo de salud general, o revisar periódicamente nuestra vista.

¿Cuidas tu salud auditiva? Descúbrelo

El pasado 25 de Abril se celebró el Día Internacional contra el Ruido, cuyo objetivo es potenciar la concienciación sobre los efectos que tiene el ruido en nuestra salud.
Según los estudios, España es el segundo país más ruidoso del mundo, el primer lugar lo ocupa Japón. En las grandes ciudades es habitual estar sometido a un excesivo nivel de ruido ambiental. Pero también hay muchas personas que, en el ejercicio de su profesión o de sus actividades de ocio, están expuestas a niveles de ruido superiores a lo recomendable. La mayoría desconocen que el ruido no sólo tiene efectos sobre el bienestar general, sino que también puede ocasionarles una pérdida auditiva irreversible.
¿Qué profesiones o actividades estarían dentro de ese grupo de riesgo? Es obvio que las personas que trabajan en sectores como la construcción, la siderurgia, o el textil. Sin embargo, pocos motoristas son conscientes de que, dentro de su casco, soportan un nivel de ruido superior a los 100 dB.  Uno o varios desplazamientos diarios en moto conllevan una acumulación de tiempo de exposición muy superior al recomendable. Lo mismo les ocurre a la mayoría de personas que trabajan en locales de ocio nocturno o en salas de conciertos. Incluso un dentista, al utilizar el instrumental que requiere el ejercicio de su profesión, está expuesto a un nivel de ruido excesivo.
El riesgo de deterioro auditivo depende del nivel de decibelios y del tiempo de exposición a los mismos. Un nivel de sonido superior a 120 dB puede ser doloroso y dañar el oído de forma grave e irreversible. Pero entre 80 y 120 dB, el ruido perjudica igualmente el oído sin que nos percatemos de ello. Por ello, es recomendable utilizar protectores auditivos siempre que el nivel de ruido supere los valores inferiores de exposición de 80 dB. Los hay en múltiples opciones y precios, lo que los hace accesibles a todos los bolsillos.